La crisis económica también afecta a los desguaces. Venden más recambios, pero de menos valor. Les baja además el precio de la chatarra. Y mientras, sus costes de descontaminación de vehículos crecen. Lo cuenta en el Faro de Vigo Germán Catoira, presidente de la Asociación Gallega de Tratamiento de Vehículos (Travega) y dueño de Desguaces Catoira en Poio. 

 

 La puesta en marcha de los planes de ayudas públicas para el achatarramientode vehículos de la Administración Central (plan 200E) y de la autonómica (re-Móvete) provocaron a partir de junio un importante crecimiento de las bajas de vehículos. Del 30% para el conjunto del año en comparación con 2008. Eso permitió que los desguaces gallegos descontaminaran más de 50 mil vehículos.

 

Pero el aumento de las bajas de coches no ha supuesto un incremento de ingresos para los desguaces. Las razones apuntadas desde Travega son tres: el proceso de descontaminado de un vehículo representa uno de los mayores gastos de estas empresas, de alrededor de 100 euros por vehículo; el precio de la chatarra ha caído alrededor de un 50% en el último año y medio, según el presidente de Travega, hasta el entorno de 175 euros por tonelada; y la venta de recambios usados, pese a que aumentó ligeramente (+10%) por el efecto de la crisis económica, se nota sobre todo en las piezas más baratas. "Motores y cajas de cambios apenas se venden ya", apuntan.

 

"Si calculas lo que cuesta descontaminar el vehículo y sacarlas las ruedas, con algunos pierdes dinero. Pero si te entra un cliente por la puerta para que le tramites una baja no puedes decirle que no", añaden. El sector augura un 2010 malo para este tipo de negocios, debido al fin de las ayudas y a la renovación del parque móvil en 2009. "Los coches ahora tienen varios años de garantía, y hasta que pasen cuatro o cinco años no van a necesitan más repuestos".

 

En este contexto, el colectivo de desguazadores reunido en torno a Travega, ha puesto en marcha un estudio de mercado para analizar las posibilidades de exportar recambios usados a mercados emergentes como Latinoamérica y África. "Estamos empezando, pero es una oportunidad interesante", concluye Germán Catoira.